Lejos quedan las orillas del destino para los protagonistas de esta novela. A través de estas búsquedas iniciáticas y de los destinos que se entrecruzan, esta historia despliega, en profundidad, el eterno tema del ser humano cuya sed de absoluto tropieza con los múltiples obstáculos constituidos por las normas sociales, los poderes establecidos y las propias debilidades del individuo. Kamanda renueva la tradición milenaria del griot africano. Una palabra poética cuyo aliento hace aflorar las imágenes vegetales, los colores, los sonidos, los olores y los gestos ancestrales de su África natal. Una palabra épica que hace que la materia y el espíritu, lo visible y lo invisible, lo humano y lo sagrado se enfrenten en duelos fascinantes. Pero, sobre todo, una palabra mítica, en la que el narrador se reencuentra con la autenticidad de lo simbólico, portador de una verdad profética. El desorden se ha apoderado de los cuerpos y las almas, pero ¿seguirán siendo todopoderosas las fuerzas que lo crearon? A través de este relato, ¿no es la propia búsqueda de África la que nos propone el escritor, cuya misión es llevar a su pueblo a las "orillas" de un nuevo "destino", que vería restaurada la armonía en un mundo justo y apaciguado?
