La Hipertensión Arterial Sistémica (HSA) es una condición clínica multifactorial caracterizada por una elevación sostenida de los niveles de presión arterial mayor o igual a 140 y/o 90 mmHg. Suele asociarse a trastornos metabólicos, alteraciones funcionales y estructurales de algunos órganos diana (corazón, riñones, cerebro y vasos sanguíneos), y se agrava por la presencia de algunas enfermedades, como obesidad, dislipidemias, diabetes, entre otras. El ejercicio físico (EF), que es una forma de tratamiento no farmacológico, ha demostrado ser una forma eficaz de combatir esta patología, consistente en cambios en el estilo de vida y control del peso. El entrenamiento de fuerza (EF) ha sido una de las opciones en los programas de EF debido a la acumulación de estudios que demuestran los beneficios y la seguridad de su aplicación en pacientes con HSA, generando un efecto hipotensor tras el EF. Sin embargo, para que la EF proporcione los beneficios deseados, se debe procurar que el ejercicio no genere una sobrecarga cardiovascular elevada, por lo que es fundamental la presencia de un profesional de la Educación Física especializado en el área, ya que posee conocimientos específicos y sabrá modificar las variables durante el entrenamiento.