Gorakh tenía una individualidad poco común, similar a la de Einstein. Einstein dio métodos tan penetrantes para investigar la verdad del universo, como nadie antes que él había dado. Sí, ahora se pueden desarrollar más, ahora se les puede poner un borde más fino. Pero Einstein ha hecho el trabajo primario. Los que le sigan serán secundarios. Ahora no pueden ser los primeros. El camino lo abrió primero Einstein. Vendrán muchos que mejoren este camino: los que lo construyan, los que coloquen los hitos, los que lo embellezcan y lo hagan cómodo. Vendrán muchos, pero nadie podrá ocupar el lugar de Einstein. En el mundo interior se da la misma situación con Gorakh. Pero, ¿por qué la gente ha olvidado a Gorakh? Se recuerdan los hitos, pero se olvida al que rompe el camino. Se recuerda a los que han decorado el camino, se olvida al que ha roto el camino por primera vez. Olvidado porque, los que vienen después tienen el tiempo libre para adornarlo. El que venga primero, estará sin pulir, sin terminar. Gorakh es como un diamante recién salido de la mina. Si Gorakh y Kabir están sentados juntos, te impresionará Kabir, no Gorakh. Porque Gorakh es un diamante recién extraído, pero en Kabir los joyeros han trabajado duro, en él el cincel ha trabajado duro, se ha pulido mucho.
